Cuentos cortos y largos para leer en un ratito libre que tengas
No soy, para nada, un escritor famoso, pero siento que tengo buena imaginación y sólo lo hago por hobby. Espero entretenerlos y gracias de antemano por visitar mi blog. Son cuentos y pensamientos que han surgido de repente y lo que he hecho es escribirlos. Están sujetos a cualquier crítica sana.
ÍNDICE
1. La Última Vez
2. Amarga Confesión
3. Un matrimonio fracasado
4. Las preocupaciones en el mundo
5. La Bendita Cura
¿Te gustaría estar en el barco? |
La Última Vez
Una mañana de verano un muchacho de a penas 18 años recibió una de las más escalofriantes noticias que le pueden dar a cualquiera persona. Su médico le había comunicado que padecía de un cáncer muy avanzado y que ya poco se podía hacer. Las lágrimas de aquel muchacho bañaron casi por completo el pecho de su madre quien lo había acompañado al consultorio. ¿Por qué a mi?, preguntó reiteradamente el joven.
Después de aquel suceso la mamá lo llevó a casa sin dejar de abrazarlo y susurrarle al oído cuanto le quería: -¿Te acuerdas cuando jugábamos hasta tarde por las noches?, ¿te acuerdas cuando tu papá aún estaba vivo e íbamos a la playa cada vez que podíamos?, ¿te acuerdas de todas las veces que dormimos juntos porque ambos teníamos frío o miedo?. Nosotros siempre hemos salido adelante y esta vez no será la excepción.
Al amanecer, antes que su mamá despertase, Franklin fue al cementerio a visitar la tumba de su padre para comentarle algunas cosas: - Tal parece que nos encontraremos muy pronto padre y aunque, la verdad, ya no te recuerdo bien, me haz hecho demasiada falta. Ahora que me voy a ir no dejó de pensar en mi madre porque se quedará sola, sin nadie quien la acompañe y escuche. Lloro cuando lo pienso; ¿Qué será de ella?.
Mientras el joven Franklin visitaba la tumba de su padre, la mamá un poco preocupada, salió a buscarlo, pero no lo encontró y justo cuando iba a dar aviso a la policía apareció el muchacho con un rostro bastante descompuesto. La mamá dijo: - Estaba muy preocupada. ¿Dónde estabas?. El chico respondió entre lágrimas: -Visitando a alguien con quien me encontraré muy pronto. Franklin subió a su cuarto y en todo el día no salió para nada a pesar de todos los ruegos de su madre.
La mamá en toda la noche no pudo dormir porque se sentía sumamente preocupada. Quería pensar que todo esto era una pesadilla y que luego de dormir durante toda esa noche iba a despertarse viendo a su esposo y desayunar todos juntos muy felices. Ella siempre había soñado con una familia normal, ser madre, ser mujer y envejecer junto a la persona que había elegido para vivir, pero toda su vida se había convertido en un verdadero infierno.
Las siguientes semanas Franklin había desmejorado tanto que su peso corporal había disminuido casi a la mitad, tenía un rostro ojeroso, y con una mirada desencajada. Su mamá aparentaba ser fuerte porque si la veía llorando sería peor.
En muchas ocasiones Franklin estuvo hospitalizado, pero rápidamente regresaba a su hogar porque ya no se podía hacer más nada y todo lo que le quedaban eran sólo días.
Su mamá presentía que su hijo ya no le quedaba mucho tiempo de vida, así que decidió que no se despegaría ni un solo minuto de Franklin. Esas horas fueron las más tristes y tenebrosas de las que alguien se puede imaginar.
Fue una noche cuando, por fin, Franklin se despediría de sus dolores y de la única razón por la que aún permanecía con vida.
Franklin acostado en la misma cama en la que había soñado tantas veces como sería su futuro, miraba a su madre con dulzura mientras acariciaba sus mejillas: -madre tengo tanto miedo por mi y por ti. Si en mis manos estuviera hubiese evitado nacer para que esta despedida jamás se hubiese dado. La madre lo abrazó y le dijo: -eres el regalo más grande que la vida me pudo dar. Desde que te tuve en mis brazos mi corazón ha saltado de alegría por cada triunfo, mirada y beso que me haz regalado.
Franklin con las pocas fuerzas que le quedaban, susurró a sus oídos: -mami cuéntame esta noche cada historia que me leías al dormir y abracémonos. Esa noche la mamá le contó todos los cuentos de los cuales se acordaba y sin darse cuenta se durmió.
Si no hubiese sido por los rayos de sol la mamá de Franklin no se hubiese despertado, pero se alegró de que lo primero que viera fuera el rostro de su hijo: -hijo buenos días le habló al oído, pero este no respondía ni tampoco escuchaba los latidos de su corazón. Fue entonces cuando se dio cuenta que esa fue la última vez que abrazó a su hijo.
Amarga confesión
Una pareja en Latinoamérica como, generalmente, se acostumbra se forma cuando el caballero tiene el valor de decirle a una chica lo que siente. Esa posición es muy desventajosa para los hombres porque en unos segundos tu corazón puede saltar de alegría o bien puede sentirse como si un millón de dagas se te clavaran en el corazón.
Eran las 2:00 am cuando un chico de 21 años no sabía si confesarle o no a una chica su fuerte atracción hacia ella. Todos los días suspiraba al verla pasar en frente de él para dar inicio a una de las tantas clases en las que eran compañeros en la universidad, sin embargo sus sentimientos no los podía demostrar, tal vez por su indecisión o bien por su inexperiencia. Meses pasaron hasta que por fin Alberto decidió acercarse a la chica que robaba sus pensamientos. Así que mientras el profesor dictaba su clases e indicaba un nuevo trabajo en grupo, pensó : -esta es mi oportunidad. El profesor indicó varios puntos que calificaría al revisar este trabajo: -chicos tienen que viajar hacia el museo de la ciudad e investigar las figuras precolombinas de nuestro país.
Los chicos antes de comenzar a realizar el trabajo se presentaron, ya que a pesar de que habían sido compañeros, este grupo formado era inédito y jamás se habían hecho en grupo, Alberto, con voz nerviosa dijo: -Mi nombre es Alberto y tengo 21 años de edad, espero hagamos un excelente trabajo y justo cuando su adorado tormento se iba a presentar sus manos comenzaron a sudar y su corazón comenzó a latir a mil por hora. Alberto sentía que su voz era mágica, al igual que todo lo que ella representaba. La chica entonces, dijo: -mi nombre es Carolina, tengo 26 años de edad y también espero hacer buenos amigos. Esa chica le dio la mano a todos y un beso en la mejilla. Cuando Alberto acarició por primera vez las delicadas manos de Carolina sintió que se encontraba tocando un ángel y cuando Carolina por milésimas de segundo puso sus mejillas al lado de la suya así como sus labios se sintió que había llegado al paraíso.
En todo el trabajo Alberto no le había quitado los ojos a Carolina y cada vez que se acostaba y despertaba su primer pensamiento se relacionaba con ella.
Alberto decidió que lo mejor era contactarla por redes sociales, ya que debido al ajetreo universitario era poco lo que podía hablar con esta chica. Mandó entonces una solicitud de amistad, la cual fue aceptada en menos de 3 horas. Alberto se había quedado esperando todo ese tiempo para revisar por fin su página social así que vio sus fotos y mucho de lo que anteriormente había publicado, pero principalmente revisó su estado actual de relaciones. Carolina estaba soltera.
Alberto era muy inteligente y sabía como interesar una chica por cualquier red social. De esa manera había conseguido sus tres relaciones anteriores, pero nunca había analizado que esas chicas finalmente no tenían nada compatible con el y que por tanto sus relaciones no habían durado más que un mes.
Un martes Alberto decidió chatearle por fin a Carolina y comenzar su conquista: -hola comentó Alberto. Carolina se demoró como media hora antes de contestarle, -hola ¿Qué tal?.
Alberto entonces escribió: -muy bien y tú?, sin embargo Carolina a pesar de que vio el mensaje no le contestó. Eso causó en Alberto un sentimiento de impotencia
mezclado con mucho enojo.
Alberto y Carolina comenzaron a relacionarse un poco más, aunque Carolina aún contestaba poco sus mensajes, le estaba simpatizando Alberto, tanto que era común que Carolina saludara con un beso y un abrazo al chico. Al pasar de las semanas su relación mejoraba cada vez más y por lo tanto su confianza fue aumentando.
Una noche gloriosa para Alberto ocurrió un jueves cuando por primera vez Carolina le había chateado: -hola Alberto. Ese sólo mensaje provoco en Alberto una liberación de hormonas cerebrales tal que el chico podía haber saltado 8 metros de un sólo impulso. Alberto sabía entonces que era el momento de hacerse el interesante y no le contestó a Carolina, sino hasta 15 minutos después: -hola.
Los días siguientes para Alberto fueron de ensueño porque hablaba con aquella chica al menos unas dos horas diarias y sentía lo contenta que estaba Carolina con él.
Un día meditando en su cama Alberto decidió que era el momento de confesarle todos esos sentimientos que había guardado por mucho tiempo. Así que decidió citarla en un lugar lejos y solitaria de la universidad a eso de las 6:00 pm.
Allí estaban sentado los dos. Carolina dijo: Aquí estoy Alberto dime: ¿Qué era eso que no me podías confesar por chat?.
Alberto suspiró y sus manos sudaban al mismo tiempo que su cuerpo temblaba. Finalmente dijo: -desde hace meses mi corazón sentía la necesidad de expresar una serie de sentimientos hacia alguien muy especial. La verdad yo no como, no estudio y no hago nada sino es pensando siempre en esa persona. Carolina no te puedes imaginar cuantos días había soñado con este momento en el que por fin te dijera que eres la mujer que más he amado en esta vida. Tus ojos, tu cuerpo y tus pensamientos son una perfecta y tierna poesía que se repite día tras día en mi mente. Alberto llevó la mano de Carolina a su corazón: -¿sientes como late este corazón?, bueno tu eres el motor que lo impulsa.
Carolina lo miró de una manera muy extraña, como asustada: le dijo bueno tu me agradas, pero hay otro chico que me interesa aunque esté muy lejos. Alberto quedó escuchando toda su historia con aquel muchacho. Media hora después Carolina se despidió rápidamente con un beso en la mejilla y un odiado "tal vez más adelante".
Alberto llegó como un sonámbulo a la casa y se acostó a llorar toda la noche porque se había imaginado una y mil cosas para que desafortunadamente una decisión que la toman sólo los hombres terminara de una manera tan estúpida. Para el era increíble que chicos sin confesarle nada a una chica, fuesen novios, en cambio el que había tomado una decisión con valentía no le había ido bien.
Desde aquella confesión Alberto sintió como Carolina agachaba la cabeza cada vez que se acercaba. Ya no era lo mismo de antes e inclusive no quería contestarle los mensajes por la red social.
Lloró por mucho tiempo aquella decisión y se decía a sí mismo: -tal vez si no le hubiese dicho nada, aún fuera al menos mi amiga, sin embargo llegó a la conclusión de que si no le hubiese dicho nada todavía estuviera con la incertidumbre de lo que hubiese pasado, aunque también tenía la incertidumbre de saber lo que hubiese pasado si no le hubiera confesado nada.
Un matrimonio fracasado
En una ciudad de Latinoamérica cuyo nombre no voy a especificar, un hombre llamado Marco de cabello negro y de rasgos indígenas se encuentra en un parque a una mujer llamada Elena de piel blanca, cabello castaño, labios prominentes, nariz un tanto achatada, y de estatura alta, un poco más alta que el hombre que acabo de describir.
Marco comienza su proceso de cortejo como todo latino acostumbra. Se dirige hacia la muchacha de apenas 20 años. Él era 9 años mayor que ella. Sus halagos sonrojaron a Elena tanto que su rostro blanco comenzó a tornarse tan rojo como un tomate. No pasó más que una semana para que se convirtieran en novios, un tiempo poco prudente para tomar esa decisión, pero los halagos de Marco eran tan bien dirigidos al pensamiento y alma de Elena que sólo hacia falta que Marco dijera una sola palabra para que esta suspirara. Pasaron a penas 3 meses de conocerse cuando el piloto de avión recién graduado, Marco, tocó la puerta de la casa de Elena, cargando una caja de dulces, un enorme ramo de rosas y un misterioso pañuelo color naranja en el bolsillo de su saco. Con voz tímida, alegra y aguda Elena exclamó -"Marco, mi amor que lindo ramo de rosas, y que ricos chocolates, pero ¿por qué traes ese pañuelo naranja en tu bolsillo?, tu nunca traes eso." Marco le contestó a Elena -"estoy muy sudado ¿puedes tomar ese pañuelo y limpiarme la frente y luego me invitas a entrar?". Elena contestó -"por supuesto". Elena sacó ese pañuelo poco a poco y se dio cuenta que aquel pañuelo de un lado tenía un hermoso bordado que decía ¿quieres casarte conmigo?. Y de igual manera del pañuelo tenía amarrado una pequeña caja que contenían los anillos de matrimonio. Elena quedó sorprendida por esto, lloró por 5 minutos y le respondió. -"por supuesto cariño".
Planearon la boda en apenas dos meses. Fue una boda reluciente con muchos invitados, ella lucía hermosa como de cuento de hadas y ella miraba a su futuro esposo con tanta dulzura, mezclada con deseo, pero sobre todo amor.
Durante esos meses de noviazgo todo había sido de maravillas, Elena se decía hacia sí misma: -"he encontrado al mejor hombre del mundo".
La luna de miel fue increíble porque Marco no había tocado a Elena jamás. Una limosina los dejó justo en el hotel en el que se hospedarían por 5 días. Entonces Marco la agarró de la cintura y la acostó tiernamente en una amplia y cómoda cama. Susurró en los oídos de Elena "había esperado tanto este momento". Esas palabras hicieron que Elena sintiera un extraño escalofrío, pero ella imaginó que como era su primera vez, eso era apenas normal, después de todo sus amigas le habían contado algo similar. Marco besaba su cuello mientras con sus manos desprendía aquel vestido que estorbaba. Elena por primera vez se sintió excitada. Marco hacia alarde de su experiencia con las mujeres. Tocaba y besaba los pechos de Elena, con delicadeza y firmeza a la vez. Elena gemía mientras Marco besaba su abdomen dirigiéndose hacia la zona más intima femenina. Nunca antes Elena había sentido aquellas sensaciones. Marco entonces penetró finalmente Elena hasta que sus líquidos corporales se mezclaron. Fue una noche inolvidable para ambos, pero luego de aquel acto se durmieron producto del cansancio y el ajetreo de toda su boda.
A La mañana siguiente Elena se despertó emocionada por todo lo que había pasado, pero ya no se encontraba su amado. Elena dijo: ¿Dónde te fuiste?. Se metió al baño y encontró una pista, una especie de carta de un consultorio médico. Marco llegó a su hogar un poco extraño, pensativo, cabizbajo. Elena entonces le preguntó: ¿Qué te sucede?, ¿Dónde fuiste?. Marco contestó extrañamente "fui a visitar a un amigo" tenemos que irnos. Elena sorprendida le dijo "esta es nuestra luna de miel". Marcó le replicó "son asuntos de trabajo".
Varios meses después era evidente que a Marco le sucedía algo. Durante sus relaciones íntimas Marco comenzó a usar condones y cada día se le veía más desmejorado. Un día Elena observó unas llagas que le comenzaron a salir a Marco en todo su cuerpo, se le veía pálido , ojeroso. Elena preguntó "¿qué es lo que te sucede?". Marco le contestó "nada". Pero Elena no le creyó y le insistió por largo rato hasta que Marco decidió hablar, "antes de la luna de miel, decidí hacerme unos exámenes, pero sólo lo hice para despejar dudas. Luego fui al consultorio para saber que habían arrojado los resultados. Elena tengo que decirte que antes de ti hubieron muchas mujeres y hombres. Con dolor en mi alma tengo SIDA". Elena se desmayó, su mundo se había derrumbado, sintió que nunca conoció a su esposo. Lloró hasta quedar sin lágrimas y se fue de la casa. Luego de un par de semanas Elena se acuerda de que ella tuvo relaciones sin protección en su luna de miel. Sintió un frío escalofrío, se dirige hacia la casa donde se encontraba a su esposo para reclamarle, no había hablado con él desde aquel incidente. Para su sorpresa no había nadie y le preguntó a una vecina si su esposo se encontraba ahí. La vecina le dijo "Marco se lo llevaron agonizando del apartamento su salud desmejoró desde el momento en que usted lo dejó". Elena le preguntó "¿Dónde está?". La señora le dijo que estaba en el Hospital Nacional. Salió despavorida hacia al hospital y allá se encontró a los familiares de Marco llorando. Elena preguntó a la mamá de Marco " que pasó con Marco?". Y la mamá le dijo llorando "acaba de fallecer". Elena sintió que el mundo se le venía y encima y tristemente, sólo un año después, Elena también fallece.
Las preocupaciones en el Mundo
El ser humano siempre es inconforme. Si una persona vive en Cuba diría que el Comunismo es lo peor que hay, pero cuando vas EUA donde se le da el pueblo la oportunidad de elegir dice que el Capitalismo es lo peor que trabajamos para ellos etc. Señores "el que no vive para servir, no sirve para vivir".
Las preocupaciones de un niño pueden ser los juguetes, pero cuando los tiene se aburren de ellos y comienza a envidiarle los juguetes al vecino.
De adolescente tus preocupaciones pueden ser las novias, si tu no haz tenido sexo antes de los 18 eres un perdedor. Al cabo de un tiempo cuando ya estuviste con aquella persona que le juraste amor eterno te aburres de esa persona y comienzas a envidiarle la novia a tu amigo o a cualquier conocido.
De adultos tu preocupación puede ser sacar el título universitario. Te la pasas hasta 5 años en esto y tras ese logro aquello pasa y si no te va bien hasta puedes comenzar a decir "¿por qué estudié está carrera?" o bien a algunos les va tan bien que consiguen trabajo rápido, pero inmediatamente empieza otra nueva preocupación: casa, carro, boda etc. Ese trabajo que al principio lo consideraban buenísimo ya no lo consideras así porque entre tanta deuda simplemente te tienes que ir a buscar otro trabajo porque la plata no alcanza. Al pasar de los años y que ya te estabilizaste entonces vienen las preocupaciones que te pueden traer tus hijos, a unos no le va bien en la escuela, tal vez otro esté enfermo. Peor aún en la adolescencia cuando tu sabes que hay que tener cuidado con ellos aún más.
De adultos mayores cuando tus hijos crecen simplemente vienen las preocupaciones por los achaques de vejez que todos tendremos algún día. Ya con nada te cansas, con nada se te olvidan las cosas, te vuelves extra sensible porque tus hijos no te llaman o bien porque no vienen a celebrar un año nuevo (esa es la etapa en la que no nos acordamos como nos comportamos con nuestros papas). Poco a poco los recuerdos de todo lo que ha sido tu vida empiezan a aparecer repentinamente, es probable de que te acuerdes de aquella chica que te sonrió en el parque y comienzas a preguntarte "¿qué hubiese pasado si le hubiese hablado?".
Es una etapa en la que la compañía es más importante que todo, pero sabes que te queda poco de tu vida y presientes que la muerte está cerca. Algunos le temerán a la muerte o tal vez a otros lo aceptarán, lo cierto es que todos pasaremos por esto. Finalmente llega tu desenlace, que si eres afortunado lo tendrás en cama con tu familia al lado despidiéndose y hablándote al oído porque ya casi no escuchas ni tampoco ves. En el momento del último suspiro tu corazón se detiene y te paralizas para SIEMPRE.
Para mi así es la vida, al menos es lo que he visto que pasa. Está plagada de preocupaciones, envidia, cariño y demás sentimientos.
La Bendita Cura
Un reconocido laboratorio de Rusia formado por excelentes científicos de fama internacional encuentran, al fin, la posible cura de una de las enfermedades más temidas por el ser humano, LA IGNORANCIA. Ustedes se sorprenderán del por que escribo que la ignorancia es una enfermedad bueno les escribiré textualmente lo que la doctora Alina, miembro de este laboratorio piensa "La ignorancia es la peor de las enfermedades, mata a diario miles de niños, por la terquedad de su familia al tratar otra enfermedad. La ignorancia mata las ilusiones y los sueños que tenemos de niños de aquel quién no le gusta estudiar. La ignorancia de la gente mata a miles de organismos que existieron antes que nosotros. La ignorancia hacia lo desconocido mata el sentido común de las personas volviéndolas irracionales. Ante todo esto, ¿quién me dice que la ignorancia no es la peor de las enfermedades, pues no sólo puede acabar con la vida del ignorante, sino acabar con otras vidas a la vez?".
La doctora Alina sufrió duros cuestionamientos por estas palabras y un reportero famoso de aquel país, de esos que les gusta la polémica llamado Dimitry, preguntó en una conferencia de prensa a la doctora Alina "¿Doctora Alina esa cura debe ser también para usted porque todos somos ignorantes en algo?. La doctora Alina respondió y se le dibujó una sonrisa en su rostro mientras lo hacia: "es correcto todos somos ignorantes en algo, pero hay dos tipos de ignorantes: el ignorante sabio y el ignorante soberbio. El ignorante sabio reconoce su ignorancia y prefiere mejor esperar a estudiar sobre lo que no conoce antes de actuar y tomar decisiones erradas. El ignorante soberbio es aquel que no reconoce su propia ignorancia y más aún siente que todo lo sabe. Cuando el ignorante soberbio se equivoca prefiere engañarse a sí mismo antes que pedir disculpas".
Los demás reporteros quedaron algo dudosos de los comentarios de la doctora y susurraron entre ellos mismos "está loca y no me agrada que nos diga ignorantes".
Otro reportero preguntó a la doctora finalmente "¿y cuál es esa bendita cura de la que nos habla"?. Bueno la cura está más cerca de la que nos hubiésemos imaginado, pero sólo funcionará con aquellos que realmente quieran ser mejores porque los hombres sin fundamento ya no les hará efecto.
Comenzaremos a suministrar unas pequeñas gotas de este medicamento a los niños menores de 10 años de un poblado de Rusia en donde sus habitantes no podían convivir en paz con aquellos habitantes de otros lugares, les encantaba la cacería y ya habían extinto a varias especies.
La cura fue suministrada en sus comidas y aunado todos los meses llegaban educadores de alto nivel, en las distintas ramas del conocimiento, para reforzarla.
Un jovencito llamado Marko de 7 años trató desesperadamente de no seguir con el tratamiento, pero la doctora sagazmente persuadió al niño para que siguiera con el experimento.
30 años después la nueva generación de este poblado en Rusia se comportaba de forma muy diferente, convivían con su ambiente de una manera pacífica, eran muy amables y sociales, hasta habían convertido su pueblo en una pequeña ciudad, totalmente amigable con el ambiente.
La doctora Alina regresó al pueblo después de unos 10 años de no ir por algunos problemas de salud. Ella ya tenía su cabello blanqueado, más corto, muy diferente a la primera vez que estuvo en el pueblo. Desde que llegó no pudo dejar de llorar de la emoción de saber como se había transformado aquel poblado. Aquel largo experimento le resultó a este laboratorio un reconocimiento mundial y en el cual se hizo una conferencia de prensa con la doctora Alina como vocera: "no hemos podido estar más satisfechos con los resultados. Creo que debemos comenzar con muchos pueblos de nuestro mundo". La doctora Alina respondió a todas las interrogantes de los periodista excepto una que decía "¿doctora Alina que contienen aquellas gotas del medicamento que nos hacen cambiar tanto?". La doctora Alina sonrió y respondió "esa es nuestra fórmula y no te puedo dar nuestro ingrediente secreto".
Justo de antes de partir de aquel pueblo la doctora Alina se encontró con Marko siendo ya un abogado de casi 40 años y arrodillado le agradeció por haber cambiado su vida. La doctora se agachó y le dijo "qué haces?". Levántate!. Marko comentó le agradezco por su cura. La doctora Alina sonrió y le dijo en secreto: "agradécete a ti mismo porque fuiste tú sólo el que cambiaste. Las gotas eran sólo vitaminas, minerales y otros medicamentos importantes.
La única cura para la ignorancia fuiste tú mismo.
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