Extracto de una conversación con el científico panameño Stanley Heckadon-Moreno sobre la viabilidad ambiental de la minería en el país.
Índice
1. ¿Puede existir la “minería ecológica”?
Durante la entrevista, el profesor Stanley Heckadon-Moreno explicó que toda actividad minera tiene un costo ambiental. Según él, hablar de "minería ecológica" en Panamá es prácticamente imposible, porque incluso en las mejores condiciones, siempre existe un impacto.
Indicó que en países como Chile o Perú, especialmente en zonas como el desierto de Atacama, donde casi no llueve y los suelos son áridos, la minería resulta menos destructiva. Allí se extraen minerales como cobre, hierro o carbón, en terrenos que no poseen la riqueza ecológica de un país tropical.
En cambio, Panamá es un país altamente lluvioso, con abundantes quebradas, ríos, montañas y una biodiversidad extraordinaria. Por esta razón, replicar modelos mineros de zonas desérticas en un entorno tropical sería completamente inviable desde el punto de vista ecológico.
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2. El caso histórico de Cerro Colorado
El profesor recordó un estudio solicitado entre 1974 y 1976 para evaluar el proyecto minero de Cerro Colorado, en Chiriquí Oriente. Explicó que en esa época, el componente ambiental era prácticamente ignorado y los ingenieros se concentraban únicamente en la producción.
Durante las reuniones técnicas, los ingenieros mencionaban que la operación extraería 50,000 toneladas diarias de piedra para convertirla en polvo y tratarla con ácido sulfúrico y electricidad. El residuo sería un enorme volumen de lodo contaminado.
Cuando el profesor preguntó cuánto representaba ese desecho, la respuesta fue sorprendente: equivaldría a 5,000 vagones de ferrocarril llenos de lodo tóxico cada día. “Si un tren con 40 vagones ya parece interminable, imagine 5,000 diarios”, comentó.
3. Los impactos ambientales propuestos
Según el profesor, las soluciones discutidas en ese entonces eran igual de alarmantes. Las propuestas incluían:
- Descargarlo en el río San Félix, en una región con 3,000–4,000 mm de lluvia al año.
- Rellenar quebradas y valles completos con el lodo contaminado.
- Construir una banda transportadora hasta los manglares para verter los residuos al mar, los 365 días del año.
El profesor advirtió que esto hubiera destruido arrecifes, manglares y zonas costeras enteras. Con las corrientes y mareas del Pacífico panameño, el Golfo de Chiriquí habría quedado ecológicamente muerto.
Al expresar su preocupación, recibió una respuesta contundente: “El gobierno quiere ser un país minero. Ese es el costo”.
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4. ¿Es posible la minería sin daño en Panamá?
El profesor fue claro: en Panamá, una minería a cielo abierto sin daño ambiental es prácticamente imposible. La combinación de lluvias intensas, suelos frágiles y gran diversidad biológica hace que cualquier intervención a gran escala genere impactos irreparables.
“No somos un desierto —afirma—. Somos selva tropical, ríos, montañas y una vida natural extraordinaria. Una mina gigante aquí sería un desastre.”
5. Minería histórica y artesanal en Panamá
El profesor aclaró que Panamá sí ha tenido minería, pero de otra escala y naturaleza.
- Minería artesanal de oro, practicada desde épocas precolombinas y aún hoy. Su impacto existe, pero es limitado.
- Extracción de piedra caliza para la producción de cemento, actividad que también produce daños, pero muy inferiores a los de una mega mina de cobre o un tajo abierto.
6. Conclusión del profesor
Para el profesor Heckadon-Moreno, la conclusión es clara: En un país tropical, lluvioso y biodiverso como Panamá, la minería a gran escala no es ecológicamente viable.
Tal vez existan lugares donde la minería sea menos destructiva —como los desiertos—, pero en la selva tropical no hay forma de evitar un daño masivo.
Extracto basado en entrevista real al científico panameño Stanley Heckadon-Moreno.
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